22-09-2017
ATE y la CTA Autónoma marcharon hoy por el centro porteño en apoyo a los compañeros y comp
A principios de este mes fuimos convocados por los trabajadores azucareros del Ingenio Ledesma, en Libertador General San Martín (Jujuy), para participar como veedores en las elecciones, en representación de ATE y la CTA Autónoma, junto a abogados, legisladores provinciales, representantes del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y de Amnistía Internacional.
El motivo: la alevosa intervención del Ministerio de Trabajo de la Nación cuestionando la legalidad del acto eleccionario, la negativa de la empresa a que se vote dentro del establecimiento y la decisión de la policía de no garantizar la seguridad del comicio. Fuimos testigos de una jornada histórica y conmovedora, durante la que más de 1700 trabajadores y trabajadoras -el 53% del padrón-, antes de entrar o al terminar su jornada laboral, hicieron cola para votar en las carpas dispuestas por el SOEAIL en la puerta del Ingenio y darle el triunfo a la lista encabezada por Rafael Vargas. Los azucareros enfrentaron todas las trabas que el poder de los Blaquier, dueños del Ingenio y mucho más, les puso en el camino. Un despotismo digno de las historias de García Márquez, que instala a sus abogados en el poder político provincial, antes con Fellner y con Morales ahora. Un dominio basado en la explotación de los trabajadores y en la subordinación por cualquier medio. A ese poder, responsable de la fatídica Noche del Apagón durante la dictadura, se le opuso la dignidad y la organización de sus trabajadores haciendo honor a la valentía de Olga Aredes, la madre de Plaza de Mayo que hacía sus rondas en soledad en la plaza de la ciudad para combatir la impunidad. Tuvimos el privilegio de asistir a ese acto de hidalguía, coraje y decisión junto a los compañeros de la delegación Libertador General San Martín y de la seccional San Pedro, con quienes, más allá de las diferencias internas, nos unía la decisión de seguir fortaleciendo nuestra organización y poner una nueva seccional en esa ciudad que tanto necesita de la fuerza de los trabajadores para combatir el poder de los terratenientes. Sin dudas, una analogía de lo que pasa en el resto del país. Una muestra de las políticas de un gobierno nacional, que con sus jueces y gobernadores adeptos y mientras transfiere la riqueza desde los sectores populares a los más ricos, descarga una ofensiva que intenta destruir a las organizaciones sindicales ilegalizando sus comicios,persiguiendo y encarcelando a sus dirigentes, criminalizando la protesta o interviniendo sus organizaciones como han hecho en el sindicato de canillitas, en la Federación de empleados jerárquicos en Tucumán o con los judiciales en Mendoza. Lo intenta también cuando el presidente habla de modificar los Convenios Colectivos, cuando el ministro de Trabajo expresa que el salario en la Argentina está por encima de la media internacional -y hay que bajarlo-, o cuando se ataca a las supuestas mafias de los abogados y jueces laboralistas como excusa para destruir el fuero y la justicia laboralen nuestro país. ¿Pero cuáles son las verdaderas mafias?, ¿los que defienden a los laburantes o las empresas trasnacionales con altísimas ganancias que consiguen amparos de jueces y funcionarios para echar a 600 trabajadores como está sucediendo en PepsiCo? ¿No se maneja como mafia el gobierno cuando convoca como asesores a jueces y abogados constitucionalistas -que fueron parte de la dictadura, del menemismo o responsables de fallos que perjudicaban a los jubilados- para elaborar un proyecto de reforma del sistema previsional que apunte a terminar con el derecho jubilatorio y traer de regreso a las AFJP? Por eso es tan importante dar respuestas desde todos los planos a esta ofensiva del poder sobre los trabajadores. Y así lo hicimos durante junio en tres importantes jornadas de lucha a nivel nacional en las que fuimos capaces de construir unidad en la lucha junto a otras organizaciones. Lo hicimos el 14 de junio cuando marchamos con la CTA Autónoma y la Corriente Clasista y Combativa al Congreso Nacional para reclamar el desprocesamiento de los luchadores populares y la libertad de los presos políticos y para respaldar la presentación de un proyecto de ley que termine con esta situación de criminalización y represión de la protesta. Lo hicimos el 27 de junio, pasando un día del estatal en la calle junto a lasorganizaciones de la CTA, de la CCC, de la CTEP y Barrios de Pie, para exigir el derecho de estos trabajadores a ganar un salario mínimo, vital y móvil que no esté por debajo de los 15.000 pesos, incluyendo a los trabajadores provinciales y municipales. Y lo hicimos el 22 de junio en una movilización extraordinaria junto a los compañeros de APOPS, a los trabajadores del PAMI y del ANSES, y a los centros de jubilados de todo el país para defender el sistema previsional y denunciar el vaciamiento de esos organismos. Y también en la Jornada Continental en defensa de la Seguridad Social, organizada por la CLATE presidida por Julio Fuentes, nuestro secretario General Adjunto, con la presencia de dirigentes sindicales y especialistas de la Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Perú, México y El Salvador. Ésta es la verdadera lucha contra las mafias, contra los que quieren implementar la Tercera Reforma del Estado, contra los que intentan -siguiendo los lineamientos del FMI, de la Organización Mundial del Comercio y del Banco Mundial- avanzar sobre la soberanía de los estados nacionales y sobre los derechos de los trabajadores. En ese marco lanzamos la Campaña contra el presentismo y la productividad convencidos de que si nos quitan derechos, el presentismo no es un premio sino un castigo. Esperanzados en tener el mismo impacto que tuvo la campaña “Mi trabajo son tus derechos”, al lograr la empatía del conjunto de la comunidad que no se quiere dejar de engañar con eso de que el Estado es su enemigo, sino que es posible construir un Estado que esté al servicio de las mayorías populares. Pensar y hacer cotidianamente esta tarea desde el sindicato en este mes de julio, nos trae necesariamente a la memoria a Germán Abdala y a la presencia permanente de su palabra, de su acción y de su coherencia. Porque luchamos contras las mismas mafias y por los mismos sueños por los que él luchó.
Por eso, en esta etapa donde buscamos reinventarnos como sindicato, viene bien recordar sus palabras: “Es obligación nuestra encontrar de nuevo un proyecto, una nueva forma de militancia, que sea un buen motivo para vivir, y por el cual morir, si es necesario”.